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¿Cuáles son los beneficios del mindfulness?
¿Qué es el mindfulness?
El mindfulness es una práctica que se basa en la meditación vipassana, mediante la cual el objetivo es mantener la atención plena en el momento presente. Consiste en estar despiertos en nuestras propias experiencias.
Mediante el mindfulness conseguimos estar con la consciencia plena en la experiencia del presente, aceptándola tal cual se da, sin juzgar si nos gusta o no. Nos mantenemos atentos en la respiración, en los pensamientos, en las sensaciones del presente, sin pensar si son agradables o no. En su lugar, el mindfulness consiste en aceptar la realidad como es y no pensar en los problemas del pasado ni las preocupaciones por el futuro.
En 1979, el doctor Jon Kabat-Zinn introdujo el programa de reducción de estrés, MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction) en la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts. Mediante la práctica del mindfulness, se ayuda a los pacientes enfermos a mejorar su bienestar tanto físico como emocional, a la vez que les ayuda a aliviar el dolor. A lo largo de los últimos 40 años, se han llevado a cabo diversos estudios para analizar los beneficios de la práctica del mindfulness, de los cuales se ha obtenido que esta práctica proporciona multitud de beneficios, tanto a nivel físico como mental. A continuación, analizaremos algunos de ellos.

¿Qué beneficios tiene el mindfulness a nivel físico?
La práctica del mindfulness puede proporcionar grandes beneficios en distintas enfermedades o dolencias.
Por ejemplo, en el caso de los pacientes con enfermedad coronaria, la práctica de la meditación se ha demostrado que reduce la isquemia de miocardio.
También se ha demostrado que el mindfulness puede reducir los niveles de glucosa en casos de diabetes tipo I.
En pacientes con enfermedades respiratorias, el mindfulness reduce la frecuencia de los ataques de asma y mejora el estado emocional de los que lo padecen.
También se ha demostrado cómo la práctica del mindfulness puede mejorar diversos síntomas, como el equilibrio, en casos de esclerosis múltiple.
En cuanto al cáncer, diversos estudios han demostrado cómo el mindfulness mejora el estado emocional de los pacientes, disminuyendo el estrés, la ansiedad, la depresión... A la vez que también se reducen algunos síntomas de la quimioterapia, como son las náuseas. En casos de melanoma y cáncer de mama con metástasis, la práctica de la meditación también reduce la tasa de mortalidad.
Por otro lado, los paciente con dolor crónico, mediante la práctica del mindfulness aprenden a aceptar su dolor y a manejar su intensidad, lo que supone una mejora de su estado físico que les permite aumentar su actividad y disminuir la toma de fármacos para el dolor.
La meditación también favorece la relajación del cuerpo, lo cual reduce la tensión corporal y mejora la sensación física.
A la vez, la práctica continua del mindfulness mejora la capacidad de concentración de la persona y ayuda a aumentar la atención, proporcionando beneficios tanto en el ámbito escolar como laboral. La meditación consigue producir cambios estructurales en el cerebro, importantes para la cognición y el aumento de la capacidad de memoria a corto plazo.
Por otro lado, el mindfulness mejora el sistema inmunológico, hecho que ayuda a mejorar o prevenir multitud de dolencias o enfermedades.
Se ha demostrado también que el mindfulness reduce la presión sanguínea, hecho que beneficia a quién padece de hipertensión.
Estos son solo algunos ejemplos de enfermedades o aspectos físicos que se pueden ver beneficiados con la práctica del mindfulness.
¿Qué beneficios tiene el mindfulness a nivel emocional?
A parte de los beneficios a nivel físico que genera el midfulness, una práctica continua también proporciona multitud de beneficios a nivel emocional en la persona que lo practica.
En primer lugar, la meditación ayuda a rebajar los niveles de estrés negativo (distrés) y la ansiedad, a la vez que se aprende a manejarlos mejor. Al practicar el hecho de prestar atención al presente, aprendemos a no dejarnos llevar tanto por el pasado o el futuro y a rebajar nuestro ritmo, lo que beneficia al estrés y la ansiedad.
Por otro lado, con el mindfulness nos conocemos mejor a nosotros mismos. Las distintas prácticas nos ayudan a hacer una introspección y aumentar el autoconocimiento.
Otro beneficio asociado a la práctica del mindfulness es el aumento de la autoestima, ya que se aprende a aceptarse a uno mismo sin juzgarse. También aumenta la aparición de pensamientos positivos y reduce los negativos, la cual cosa mejora nuestro estado emocional.
A la vez, aprendemos a crear un ambiente de calma y a relajarnos, lo que nos permite gestionar mejor ciertas situaciones, reduciendo la reactividad emocional. La meditación nos permite ser conscientes de que nosotros no somos nuestros pensamientos. Éstos vienen y van, están en constante cambio. Con la práctica continua del mindfulness, se activa la zona del cerebro responsable de las respuestas adaptativas a situaciones negativas, lo que favorece a nuestra respuesta frente a este tipo de situaciones.
CONCLUSIONES
Tal como hemos podido ver, una práctica constante de mindfulness, puede traer numerosos beneficios a nuestra vida. Para ello es necesario practicarla frecuentemente, basta con encontrar cada día algunos minutos para practicarla. Si solo se practica de vez en cuando, podremos notar como nos ayuda a relajarnos pero no conseguiremos todos sus beneficios, aunque siempre es mejor practicarlo un poco que nada.
Para coger el hábito del mindfulness podemos destinar cada día unos 20-30 minutos para su práctica. Si durante el día nos cuesta encontrar un momento, también podemos despertarnos media hora antes y empezar el día con mindfulness, lo cual nos ayudará durante todo el día.
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